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martes, 2 de junio de 2009

Medicina Tradicional: derechos e desigualdades.

Hablar de la medicina tradicional es tan complejo como hablar de cultura en el Perú, se puede concebir como un mundo mágico o fisco como a su vez charlatán o efectivo. Es realidad que cada grupo cultural en el Perú maneja un conjunto de códigos y sistemas relacionados a las curaciones tradicionales en el país, podría englobarse como se hico muchos años atrás en el geografía como medicina tradicional de la costa, sierra y selva. Pero como se dio en la descripción geográfica del país, todos los sectores medicinales tienen puntos convergentes – por no llamarlos relacionables - que giran desde lo espiritual (cosmovisión), lo natural (uso de hierbas o distintos productos de la farmacotropia natural) como de métodos curativos (relacionado a lo ritual). Podría decir ya que la medicina tradicional en las bastas regiones de este país gira en torno a una o todas esas características, con ciertos matices que las vuelven no únicas sino especiales ante el grupo social/cultural que haga uso de esas técnicas.
Es también de conocimiento que en un país tan marcado por la desigualdad, donde modos de vida se superponen a otros de una manera jerarquizan té por medio de poder social económico, en el ámbito de la salud, la muy conocida medicina occidental – por llamar a todo un conjunto de conocimiento impartido en aulas de enseñanza, que siguen decálogos académicos universales en tanto al hombre y las maneras de sanar o curar malestares que pueden interrumpir la vida del hombre – tomo los senderos de lo normativo y hasta cierto punto en determinadas poblaciones (lo únicamente adecuado a seguir); se enmarco pues en una constante lucha de no reconocimiento de las cualidades, como el menosprecio de ciertos aspectos de la etnomedicina. Es verdad que con el tiempo la medicina estándar ahí ido aceptando u asimilando ciertos conocimientos ethnomedicos, mas que todo en los senderos de la farmacotropia herbaria; no siendo así con las prácticas curativas en rituales chamanicos u ritos de limpieza (andinos o amazónicos) englobados muchas veces con la etiqueta de “charlatanería”. Englobando en el imaginario colectivo de muchos peruanos que no son participes directos de estos métodos, de ideas basadas en actos reales de ciertos individuos que en la capital se pregonan de chamanes o mas para sacar plata; pero que en dicho englobe dilapidan modelos culturales usados en comunidades alejadas o donde los patrones culturales perennes muestran un respeto a la tradición, como a la misma naturaleza.
Hay veces que cuando uno se sumerge a hablar de medicina tradicional y no se ubica en parámetros de una critica constante, te pueden tildar de tradicionalista, obtuso o conservador negativo de los avances de la modernidad; cosas muy alejadas de la realidad cuando uno analiza bien los enmarañados caminos de la medicina tradicional uno aprecia fallas y aciertos cometidos por los propios participantes de esas realidades culturales, como también podemos ver que si uno analiza el fenómenos, vera que la misma medicina tradicional no se opone a la moderna o occidental sino que ve limitantes en ella misma como también esferas en las que la otra no puede entrar, siendo este punto un nivel de fricción pues la medicina académica al ser concebida como no adecuada para analizar ciertos aspectos del hombre arremete con un discurso de choque tildando de pura charlatanería o simple atraso a la medicina tradición, si quiero aterrizar en ejemplo al hablar de males generados por espíritus o causados por injerencia del mismo hombre en el mundo mágico-religioso.
Pueden ser estos aspectos hasta cierto punto irreconciliables entre ambas concepciones pero si nos ponemos ahora en la realidad actual del país donde se debate ya la inclusión directa de la medicina tradicional en hospitales de salud; podemos ver pues las reacciones que se dieron de algunos aceptación de otro grupo, médicos que ven como tonto o insano esa intromisión en su espacio – puro y acético – puedo pensar que es una normal que busca reconocer ese nivel cultural reivindicativo que tiene pues la medicina tradicional, pero también conllevaría como se planea a un choque que podría agrandar diferencias entre ambas como la generación de mas prejuicios, yo pienso que reconocer sistemas médicos tradicionales no va a traer una equiparación con un medico salido de una universidad, pues ese ultimo aseverara que el otro es un incapaz y hasta cierto punto peligroso personaje que se involucra con la salud de la persona. Un hecho que a mi me interesa es el hecho que el estado mas que instaure chamanes en hospitales, es que acepte la existencia de métodos no solo alternos sino hasta cierto punto mas aceptados en determinado población – por algo simplemente importante esta adaptado al sistema cultural – y que podría hasta cierto punto generar que la medicina académica aprenda a interaccionar con esas barreras socioculturales como también a expandirse realmente en su afectividad a todos los peruano, y no sean meras estadísticas o planes a ejecutar un verdadero sistema medico que se preocupe por esos peruanos que no son limeños ni capitalinos provinciales sino son de caseríos, comunidades, anexos y mas poblaciones que hasta nuestros días están aisladas por barreras de desinterés y discriminación.
Si nos ponemos a pensar en el porque de esas negativas de interacción de sistemas médicos (tradicional u moderno) la razón central seria el desinterés como la desigualdad entre peruanos, retomando la idea de la normal legal, es interesante pero no creo la salida para hacer que mundos culturales se relacionen, lo importante aceptar la existencia de métodos distintos por parte de ese sistema que niega al otro; al nosotros detenernos en una verdadera curación, realizado por un especialista que sepa e interactué con su ámbito social uno vera que al dignosticar y no entender ese mal deriva a su paciente a un posta, centro de salud u hospital. Pero he ahí la contradicción que cuando el deriva a ese enfermo no ahí doctores, no ahí implementos o medicinas en el centro de salud mas cercano o en su mayor grado no existe centro de salud cercano; esta es una realidad de la costa, la sierra y la selva de este país en algunos lados con mas gravedad o desinterés del estado que en otros sitios. En fin cuando hablamos de medicina tradicional – realmente aplicada – hablamos de cultura viva como también hasta cierto grado de negligencia y desigualdad en un país.