Espacio donde divulgo mis ideas, sean las que sean. Esa es la naturaleza de lo cotiano

sábado, 13 de febrero de 2010

El horla: y lo locos que somos dentro

El cuento de Maupassant que nos da luz, de que podemos girar entre la locura, la cordura o la comprensión de un mundo más allá del que nuestros ojos nos pueden mostrar. La historia es simple, pero de una nos dirige a analizar a esa clase pudiente francesa de finales del S. XIX, donde sus modos de vida, y lo que conciben como realidad puede llegar a la excentricidad y rozar con la locura. Es en ese mundo que el Horla aparece, pero cuando leo como lo aprecia en la vida del paciente del psiquiátrico, me puse a pensar que muchas veces uno se siente observado, solo que para el hombre las manifestaciones del Horla van de un nivel de mera curiosidad a manifestaciones que ocupan cada espacio de su vida, al punto de no dejarle otra opción que voluntariamente dejar su vida de comodidad e internarse en un psiquiátrico.
Pero es mas interesante en la basta información que el paciente psiquiátrico, le da a ese grupo de doctores para justificar su sanidad mental; en la que el Horla, es un migrante, que su origen es sudamericano donde ya ataco a una población. Es de una manera un polizonte que pasa en barcos llegados a Francia e irrumpe y toma la vida de un francés que bajo las estructuras sociales, es un hombre de mundo un verdadero occidental. Pero que es entonces el Horla, no quiero llegar a interpretarlo en ese cuanto como un “otro”, pues según el narrador, es tan conciso y equiparable a cualquiera, que uno no lo vislumbra como inferior sino hasta un punto, como un sucesor al estatus quo humano.
Yo interpreto al Horla, como no solo un ser invisible, que hacen llegar a nuestro personaje a la instancia de la locura, sino que el Horla es para nosotros ese subconsciente, que nos atemoriza, ese miedo a ser observados por uno mismo, es sentimiento del vacio del que somos presas en la soledad, pues el personaje tiene sirvientes y mucho gentío a su costado, pero el vive solo, no los considera sus iguales y bajo el contexto amplio de Maupassant, el es un triste solitario mas, en ese mundo que se iba dando paso, eso que nosotros llamamos modernidad. Es en ese sentido que el Horla se manifiesta, en un contexto de soledad… me pregunto muchas veces si nuestros sentido llegaran a traspasar la barrara que nuestro subconsciente coloca, eso lo dirá el tiempo como nuestra misma cordura.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Nose, pero existo... disculpame

Hoy dia he retrocedido, mil pasos.. le debo una disculpa a esa mirada que siempre me veia feliz, entiendo que hoy ya no me quiera volver a mirar. Soy un cabron, una persona rastrera y violenta. Que soy? que puedo llegar a ser si sigo con eso en mi alma, solo falta un desajuste y todo mi ira escondida sale.
Se que no entiendes estas lineas, se que nuestros lenguajes no son los mismos... solo se que he vuelto a ser el hijo de puta (disculpando usar ese termino con mi madre), que en el fondo es violento, colerico, desagradable; una persona que es calmada, que medita pero tiene la mayor mierda de alma que puede haber.
Se que existe algo, algo que no es un dios o un ser superior...es mas que eso, es un todo, un todo que me va a juzgar pero no como un convencional juicio, sino hara que yo me critique, que yo vea que y aquienes pierdo, solo me queda decir.. que me voy a ir a la mierda, muy lejos. Solo se que soy un ser despreciable que no mantiene la paz en su ser, al que solo le basta un acto mal hecho para destruir todo lo que el intenta construir.
Se que seguira vivo en mi, ese ser despreciable; que me queda hacer, dejar que exista y coexista con mi ser. Todos tenemos miles de formas y miles de esencias; yo tengo una en especifico que odio, mas que odio no la acepto... y es que odio, que soy violento; hoy dejaste de mirarme a los ojos, hoy senti que aunque lo niege, siento miedo, tengo remordimiento y mi alma, se queda con sed