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miércoles, 13 de mayo de 2009

¿Bajo la sotana que hay?: analizar el celibato y el liberalismo de tirar.

Cuando se habla de celibato no solo se refiere a lo abstinencia sexual de parte de un miembro de la iglesia masculino, como últimamente se ha estado hablando mas que nada por el caso del padre Cuité u otras tantos casos que existen, pues si nos abstenemos a pensar solo en un solo genero ya entramos a limitar una critica a la misma noción de celibato. Monjas como Sacerdotes viven una conste que es la “fe”, punto controvertido en muchos sentidos por ser un aspecto humano que puede llevar al hombre a niveles de equilibrio como a fundamentalismos. Es cierto que la abstinencia sexual es practicada por muchas culturas, tantas como hay y allá habido, puede catalogársela a la abstinencia como un principio de purificación del ser o muchas otras cosas – reguardo de pecados, pureza ante sacrificios, prohibiciones totémicas, normas comunales a mas – es esa naturaleza tan diversa la que permita que exista, es verdad también decir que la abstinencia sexual tiene dos caracteres: El voluntario y el obligatorio; los sacerdotes cristianos no son los únicos en a verse enmarcado en una fe que obligue a cierto grupo de personas a mantenerse castos de cuerpo y alma ante seres supraterrenales.
Es conociendo eso, un punto en el que se debe de enfocar una critica, pues al vivir épocas de una mal llamada postmodernidad, que mas bien puede reducirse en simplicidad de palabras a referirse a época de cambios y libertades; es donde el hombre sea cual sea – genero, raza, credo – vea con ojos de critica o lo mismo que se le permita conocer otros modos de pensar. Donde esa obligación que creía inalterable y que en cierto sentido podría reprimir su ser; es algo que solo con su capacidad de acción podría generar ya no solo el movimiento de una, sino de muchas personas que se enmarcan en esa constante a decir: “yo no deseo seguir asi” pero también aceptar y sobretodo respetar a quienes si desean abstenerse.
Lejos de caer en la mezquina idea de inculpar a fieles o quien sea; la realidad es que las religiones como pensamientos idiosincráticos que son en parte, si manejan pues una normativa, y es verdad que al adscribirse a una uno debe de a teñirse a reglas pero es necesario consensuar hasta cierta medida que las normas y leyes son esgrimidas hacia alguien, no solo a un fiel sino a un fiel que por naturaleza compleja, se introduce mas haya de una simple mirada y ya participa de esa sacralización. En donde pues al ser de naturaleza humana – no imperfecta como tampoco perfecta – siente necesidad de estar con alguien de sentir un amor o un cariño mas haya de los brindados por una familia o por la fe; es en ese sentido que sea el tipo de relación que sea heterosexual u homosexual; esa persona tiene hasta cierta medida “derechos” que no creo transgredan de manera tan rotunda su fe, pues no creo que en muchas por no decir ninguna religión, donde la base de esa fe es una búsqueda de reconciliación y una hermanacion por medio de la fe, el acto mínimo de querer entre sus semejantes acarreen la ira divina de cualquier deidad.
Este ligero titulo, por mi expuesto, no es mas que un divagar que se centra en pensar que uno es un ser que tiene derecho a opinar, crea o no crea debe de tener voz y mucho mas en esos espacios de interacción que son las religiones formados por gentes, es donde esa gente que es la que formo esa comunidad llamada religión la que debe dejar de pensar en que unos deben sacrificar sus libertades para satisfacer su bien, no poniéndose en el cuerpo de ellos y dejándolos a la deriva en un trayecto sin la posibilidad de ser ellos.

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